La niña tenía los ojos negros como la oscuridad y su brillo se
asemejaba al de las estrellas. Su cuerpo era blanco como la nieve y su piernas
tan largas que parecía que podría tocar el cielo.
Y siempre recitaba dos
poemas:
Después del sueño se despertó y
todavía eran las 4 de la mañana.
Y como había un teléfono en la
basura, llamó a su madre. Su número era: 543826995. Llamó
varias veces y cuando su madre contestó, empezó a preguntar quién era y nadie
contestaba. Colgó rápidamente y se empezó a preocupar por si había pasado algo
y ya no se podía quedar dormida. Amanda intentó llamar otra vez a su
madre su madre lo cogió
MADRE: - hola ¿quién es?
AMANDA: ; - Hola soy Amanda tu hija
MADRE: - Hija, ¿dónde estás?
AMANDA: - mamá te tengo que decir una cosa
MADRE: - ¿Qué
sucede cariño?
AMANDA: No sé
si te lo puedo decir. Tengo mucho miedo. Prefiero colgar el teléfono. Estamos
en contacto. Un besazo.
CONTINUARÁ...
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