Los
hermanos empezaron a llamar a las personas de la ciudad, que habían visto y
oído los anuncios. Pasaron dos días y
las personas de la ciudad se reunieron para la búsqueda del loro Quico. Hicieron
planes y cada uno se fue por una calle. Al final el loro estaba en un tejado,
herido. No podía volar para bajar, entonces llamaron a los bomberos para que lo
bajaran y cuando lo bajaron lo llevaron al veterinario.
El
veterinario les dijo que se salieran de la habitación porque le iban a hacer una radiografía.
Entonces esperaron en la sala de espera. Al cabo de un rato, el doctor los
llamó para que entraran. Cuando entraron les dijo el doctor que tenía el ala
rota, lo tenían que operar.
Se lo
fueron a decir al pirata que estaba preparando el barco. El pirata les dijo que
si podía dormir en la casa de los hermanos. El pirata se inventó un poema que
decía:
CONTINUARÁ...
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