Lila se acercó lentamente a ella y le preguntó:
-
¿Cómo te llamas?
-
Reneesme, nací cinco años antes que tú y soy tu
hermana.
-
Eso no es posible. – Grito Lila. Yo soy hija
única.
-
Nuestros padres nunca te hablaron de mí porque
yo me fui corriendo una noche de primavera.
-
¿Por qué te fuiste? Me habría encantado
conocerte antes.
-
Me convertí en un fantasma y este castillo me
atrapó en el cuadro hasta ahora que tú me has rescatado. – Dijo Reneesme
llorando.
-
No llores más hermana mía. Hemos perdido
muchísimo tiempo separadas pero lo podemos recuperar. Estamos juntas aunque tú
seas un fantasma.
-
Hay algo que aún no te he contado. –Dijo
Reneesme sin saber muy bien qué decir.
-
- Dímelo. Quiero saberlo hermana mía.
-
Está bien. Siéntate.
-
Me estás poniendo nerviosa. –Dijo Lila con cara
de preocupación.
-
Tú, tú, tú…. Lila, cariño…. Tú también…. Tú….
¡TÚ TAMBIÉN ERES UN
FANTASMA!
-
¿Eso es verdad? Aún no puedo creerme lo que has
dicho…. Pero, no te preocupes Reneesme… yo soy feliz. Soy feliz porque he
encontrado el misterio que había en la mansión. Y sobre todo soy feliz porque
estás conmigo. He encontrado una maravillosa hermana que no sabía que tenía. Me
siento muy afortunada.
Si pensáis que este cuento termina aquí… estáis muy pero que
muy equivocados.
Reneesme y Lila se quedaron a vivir en el castillo. Siempre
pensaron que ellas dos serían las dueñas de aquel maravilloso lugar…
Pero no sabían que su suerte y felicidad terminaría cuando
entrasen a vivir sus nuevos propietarios. Una familia un tanto extraña y
malvada.
Sin duda, Reneesme y Lila no se lo pondrían nada fácil.
¿Quién ganaría en esta lucha de poder? ¿Quién conseguiría quedarse a vivir en
aquel castillo? ¿conseguirán ser felices en aquel lugar?
Tal vez se resuelva en un segundo libro… o tal vez tendréis
que imaginar.
FIN
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